De las cintas al sintetizador con Jean Jacques Perrey

11.10.2020

Por: Andrea Melo Tobón

Foto: Archivo particular
Foto: Archivo particular

A sus 84 años, el francés Jean Jacques Perrey aún se desvive por las posibilidades del sonido y por divertirse creando ilustraciones sonoras. Si cree que no ha oído nada de él, probablemente esté equivocado. Lo invitamos a conocer a un genio que ha dedicado su vida a la música electrónica. 

En su juventud Perrey vivía el espeso ocaso de la Segunda Guerra Mundial y aunque sabía tocar el acordeón decidió que la investigación científica era su camino. "Cuando yo estaba en la facultad de medicina, escuché la radio y George Jenny estaba presentando la ondiolina (una especie de teclado abuelo de los sintetizadores modernos que permitía crear sonidos y usar los de instrumentos tradicionales); yo inmediatamente quedé fascinado y solo quise poder descubrirlo", dice el francés. 

Pero lo que ocurrió después fue aún mejor, pues cuando el inventor fue a reclamar su instrumento, Jean había desarrollado una técnica en la que tocaba la ondiolina con la mano derecha, y el piano con la mano izquierda. "Él se entusiasmó y me dijo que yo tenía que ser su 'demostrador' para presentar el invento por toda Europa. Tal fue su experticia que acompañó a célebres cantantes como Charles Trenet o Edith Piaf.

Foto: Archivo particular
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Perrey tuvo entre sus amistades al poeta, novelista, pintor, crítico y cineasta Jean Cocteau, al músico Henry Breuer, a su ídolo literario Ray Bradbury, y a Walt Disney, figuras determinantes en la carrera de Perrey, pues a pesar de que París es concebida por muchos como el hogar de los artistas, solo en América encontraría el apoyo y la fama que en su tierra parecía perdida. 

Después de muchas giras, Perrey se quedó en un laboratorio sonoro en Nueva York que le había creado su "padrino" Carrol Bratman y se dedicó a generar sonidos a partir de grabaciones acústicas en cintas magnéticas, la llamada música concreta. Allí conoció a Angelo Baladamenti -célebre por ser el responsable de las bandas sonoras de muchas películas de David Lynch-, con quien crearía música y jingles para radio y televisión; a Gershon Kingsley, arreglista y editor de música del sello Vanguard Records, con quien hizo dos álbumes considerados joyas musicales: The in sound from way out (1966) y Kaleidoscopic vibrations (1971); y a Robert Moog, creador del sintetizador. 

"Fue muy complicado, tuve que llamarlo todo el tiempo para pedirle indicaciones hasta que poco a poco se me dio bien", cuenta Perrey. A partir de ahí, Moog y Perrey se volvieron amigos y colaboradores permanentes.

"E.V.A.", del álbum Moog Indigo (1970), coescrito con Angelo Badalamenti. Gangsta Starr la sampleó para "Just get a Rep".

La magia de Jean Jacques Perrey se debe a una infinita curiosidad por descubrir nuevas formas de grabar, mezclar y crear sonidos. Él ha capturado animales, ambientes e instrumentos de manera análoga y electrónica para sacudir al que lo oye, para robarle risas. "Cuando escuché mis primeras composiciones estaba muy feliz porque era la primera vez que había dado un resultado concreto y durable de mi trabajo (...) Con mi primera grabación tuve una cosa que ofrecerle al público y eso se podía conservar y reescuchar; fue una gran satisfacción para mí", cuenta el músico. 

Perrey nació en enero de 1929, un mes y un día antes que Roberto Gómez Bolaños; dos amantes de la risa, nacidos en continentes diferentes pero unidos por tres piezas musicales que aún hoy hacen vibrar la cabeza de quien escuche sus saltarines ritmos. Hablamos de "Elephant Never Forgets", una adaptación de la "Marcha Turca", de Beethoven, utilizada en el inicio de El Chavo del ocho; "Country Rock Polka", que aparece en varios episodios de Chespirito, y "Baroque Hoedown", usado en el cierre de El Chapulín Colorado. Las dos primeras canciones fueron publicadas en el álbum Moon Indigo, en 1970, y la última creada en conjunto con Kingsley en 1966.


A pesar de las evidentes similitudes de este par nunca sabremos si algún día se atrevieron a dirigirse la palabra, pues el mexicano nos dejó hace ya casi un mes y Perrey se niega luego de que él y otros músicos interpusieran una demanda a Bolaños y a Televisa en 2009 por no haber pagado las regalías correspondientes por el uso de estas piezas musicales y no haber puesto los créditos respectivos al final de cada programa. 

La canción más conocida, "Elephant Never Forgets" (que incluso sale en Savages, de Oliver Stone), es una reversión de la "Marcha Turca" de Beethoven, escrita en 1811, y también ha aparecido en los videojuegos Sea Hunt (Froggo FG1009) 1 y Mr. Do! 2. "Era una melodía simple y su ritmo cuadrado se prestaba fácilmente para un arreglo humorístico, y me hizo pensar en una columna de elefantes marchando unos tras otros", dice Perrey.

Estuvo cerca de diez años alejado de los escenarios y la música, pero desde 1993 continuó con su carrera, que ya cuenta 22 álbumes publicados, entre solistas y colaboraciones, y a pesar de que no siguió con la medicina, se ha interesado en estudiar los efectos del sonido en el cuerpo humano y como resultado ha lanzado dos grabaciones de música relajante, para gente que sufre de insomnio, que ha sido un éxito en Europa.

Esta nota fue escrita por Andrea Melo Tobón y publicada en el portal En Órbita de RTVC el 18 de diciembre de 2014.

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